Las ciudades generan contaminación auditiva y sensorial, que se manifiestan principalmente como estrés, ansiedad, neurosis, dolores, dificultad en habitar el silencio, etc. Vamos naturalizando esta desconexión, que nos aleja de la posibilidad de lograr un equilibrio saludable para nuestro bienestar físico y emocional.
Dentro de la amplia variedad de especies de hongos no tóxicos, los adaptógenos se destacan mayormente por sus características reguladoras y restauradoras de nuestro sistema inmunológico y digestivo, ejes centrales en nuestra salud general que ayudan a potenciar nuestra vitalidad.
Poseen componentes activos que estimulan al equilibrio de nuestro organismo de acuerdo a sus necesidades y a responder más asertivamente ante situaciones de estrés y ansiedad.
Son grandes aliados si deseamos generar hábitos más saludables en nuestras vidas.